Si bien es cierto que las pruebas físicas de la Guardia Civil no son las más difíciles, no hay que subestimarlas. Un simple detalle puede hacer que fracasemos, como los traicioneros nervios previos. Vamos a hacer un rápido repaso de las pruebas físicas de la Guardia Civil.
- Prueba de Velocidad: las personas aspirantes deberán realizar una carrera de cincuenta metros partiendo de pie, en un tiempo de 8,30 segundos para hombres y a 9,40 segundos para mujeres como máximo.
- Prueba de resistencia: carrera de mil metros partiendo de pie, en un tiempo de 4 minutos 10 segundos para hombres y a 4 minutos 50 segundos para mujeres como máximo.
- Prueba extensoras de brazos (flexiones): las personas aspirantes deberán empezar con los brazos completamente estirados, y flexionar los brazos hasta tocar el suelo con la barbilla. Los hombres deberán hacer 18 repeticiones y las mujeres 14.
- Prueba de natación: las personas aspirantes deberán realizar un recorrido de 50 m en la piscina en un estilo de nado libre, en un tiempo de 70 segundos para hombres y a 75 segundos para mujeres como máximo.
Las pruebas, como vemos, no son excesivamente difíciles. Cualquier persona con un estado de forma medianamente bueno puede superarlas. Por eso, es importante tomarlas en serio, y no llevar un exceso de confianza. La concentración es prioritaria.
La preparación durante los meses previos es esencial y debe enfocarse en superar los requisitos mínimos exigidos, para así tener más posibilidades y un rango de variación más amplio con respecto a los tiempos establecidos. Esto puede ser clave para sobrellevar cualquier tipo de imprevisto derivado de un pequeño fallo, una desconcentración de un segundo o, sencillamente, a causa de los nervios, puede hacer que perdamos un tiempo valioso.
En lo que respecta a la jornada de las pruebas, no hay que olvidar aspectos que puedan resultar demasiado evidentes, como es el procurar un buen descanso el día anterior y una alimentación saludable y adecuada, no en exceso. Y, llegado el momento, los entrenadores personales insisten en el que suele ser uno de los grandes fallos: el calentamiento, es vital realizarlo de forma correcta y concienzuda antes de cada prueba. Y, por supuesto, también hay que hidratarse y refrescarse. Si fuese necesario, también es recomendable ingerir pequeñas cantidades de fruta, como podría ser un plátano, y consumir un bocado entre prueba y prueba.
No obstante, existe una serie de factores que suelen ser olvidados. Aspectos tan importantes como la ropa y el calzado, es preferible acudir con una indumentaria más ajustada y práctica, sin accesorios; y evitar, por ejemplo, bolsillos o cordones en la ropa que puedan engancharse o resultar molestos.